- Reducción del daño tisular y la cicatrización.
- Menos dolor postoperatorio.
- Estancias hospitalarias más cortas.
- Recuperación y vuelta más rápidas a las actividades normales.
- Riesgo potencialmente menor de complicaciones.
- Conservación de la estabilidad y movilidad de la columna vertebral.
Es importante señalar que no todas las enfermedades de la columna vertebral ni todos los pacientes son candidatos adecuados para la cirugía mínimamente invasiva de la columna vertebral. La decisión de optar por este método se basa en factores individuales, como la afección específica, la salud del paciente y la evaluación del cirujano.
Es esencial consultar a un especialista o cirujano de la columna vertebral cualificado para evaluar la idoneidad de la cirugía mínimamente invasiva de la columna vertebral para un caso concreto y analizar los posibles beneficios, riesgos y resultados asociados al procedimiento.
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